Dado que somos animales que, por naturaleza, muestran a la vez curiosidad y cautela, no es sorprendente que lo relacionado con las piezas de segunda mano nos atraiga y, a la vez, nos genere ciertas dudas. Estamos hablando de un sector del mundo automovilístico que ha experimentado ciertos cambios en profundidad que ahora comentaremos, pero que no deja de crear, en el ideario popular, imágenes de sitios herrumbrosos, con coches amontonados, caminos llenos de charcos de lubricante y combustible y un sinnúmero de cosas que no pueden ser denominadas, desde luego, como pertinentes y adecuadas.
Ahora bien, por otra parte (y alguna vez lo hemos comentado en este mismo blog) la venta de piezas de desguace sigue mostrando una buena vitalidad, lo cual nos parece bastante lógico, dado que en plena crisis hay que seguir ahorrando sí o sí. Esta segunda cuestión parecería entrar en confrontación con nuestro primer párrafo, ya que por un lado hablamos del desguace como visión negativa y por el otro tenemos claro que lo usado, al menos en el mundo de la mecánica, sigue teniendo una alta predicación. ¿Cómo se explica esto? Para ello vamos a hacer lo que hemos dicho en el título que da entrada a nuestro artículo: vamos a buscar razones para confiar en los desguaces.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que todo ha cambiado, además de forma increíble. Ahora los desguaces se parecen más a empresas de reciclado que a sitios donde van a morir los coches. Y ello es así porque las normativas que regulan el sector son muy prolijas en materia medioambiental, lo que implica que quien no cumple las normas o es un sitio ilegal (que los hay) o es una empresa inconsciente que, más tarde o más temprano, se verá envuelta en problemas.
Por otra parte tenemos claro que es ahora cuando de verdad interesa, y no poco, tener clara la visión de los desguaces, dado que si ha habido una época histórica que nos confirme que estas empresas son buenas, sin duda estamos en ella. El siglo XXI nos ha demostrado que en crisis el ser humano busca siempre, por instinto de supervivencia, aquello que le da más viabilidad. Por eso no nos sorprende lo más mínimo que los repuestos de ocasión sirvan a los usuarios de un coche como remedio a sus males mecánicos.
Queda otra cuestión, que también nos interesa destacar: los desguaces tienen un servicio rápido que implica poder devolverle el resuello a nuestro automóvil a las primeras de cambio. Esto es bastante adecuado y nos confirma una cuestión nada baladí: si se juntan las tres opciones, esto es, precio, calidad y rapidez de servicio, se consigue elaborar una forma de hacer las cosas que tiene bastante sentido y que permite a los usuarios que han sabido mirar los desguaces de otra manera aprovecharse de sus ventajas. A veces, desde luego, conviene cambiar el chip…